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miércoles, 13 de junio de 2012

"seremos dependientes durante cinco o seis años antes de morir"

Iñaki Olaizola reclama leyes para una muerte digna, en una tesis de la UPV/EHU (ehu.es, 29/05/2012)

Eutanasia (wikipedia)

Derecho a morir dignamente (DMD)

"El misterio de los centenarios" (rtve.es, 01/10/2012)

¿Vivimos bien, morimos mal?
Yo creo que los que viven bien mueren también bastante bien.

Este tema, como todos, siempre se trata en esta sociedad con dos puntos de vista. La del que tiene dinero y la del que no lo tiene.

Para el primero, ni la vejez ni la juventud ni la enfermedad tendrán la misma calidad que para el segundo, las farras como las desgracias son más farras y menos desgracias con "vil metal".

Por ejemplo, en las residencias públicas no veremos a ningún padre ni madre de ningún político importante. Todos los ancianos que están allí son pobres.
Los ricos tienen a sus padres en residencias privadas, o en casa cuidados por las manos que les quieren. Y es verdad la generosidad de esas y esos inmigrantes, en su mayoría sudamericanos que se encargan de ello, acaban queriendo y mucho a los que cuidan, mientras sus propios familiares "que les quieren" no vienen ni a verlos.

La crisis económica avanza también en Bizkaia. Bizkaiko Foru Aldundia ingresa ahora menos que en 2011, la caída del consumo frena la recaudación. No hace falta ser Krugman para saber que algún ajuste podría estar justificado, pero en atención social nunca, porque entre otras cosas aquí se financia al deporte profesional.

La intención de privatizar las residencias geriátricas parece clara. Pero es que, además, la táctica que parece ser elegida es inhumana y cruel.
Se está ingresando a ancianos, que toda su vida han pagado sus impuestos en este territorio, en macroresidencias (Leioa, por ejemplo) sin ningún tipo de personalización por las necesidades del residente o paciente (demencias seniles junto a esquizofrénicos, jóvenes con adicciones, depresivos, amputados). Todos juntos, todo dentro de un masificado saco sin fondo, que lo único que persigue es provocar el: "¡¡¡Yo a mi padre no le dejo aquí con estos locos!!!" y te lo lleves a casa para convertirla poco a poco en un infierno. Y en una maravilla sus estadísticas, ésas que dicen que en Bizkaia la mayoría opta por la asistencia en casa de sus ancianos dependientes. ¡Como si hubiera otra opción!.

Si no es intencionado, entonces es una nefasta gestión. Porque un familiar de un enfermo psiquiátrico no le sacará nunca de una residencia porque haya muchos viejos, en cambio el familiar de un anciano dependiente no dudará en llevárselo de un manicomio. ¿No lo ven claro?



Resulta indignante constatar, una vez más, que los recortes son para los más débiles, aitites y amamas dependientes.
Es falso que no hay plazas. ¿Que no hay dinero?, para lo que quieren ya hay.